Una visita a la casa de Ana Frank (Amsterdam, Holanda)

Llegué a Amsterdam el 22 de diciembre del 2007, justo para las fiestas y con antojo de dos cosas: 1 los coffee shops (de los que hablo en otro posteo) y 2 de la casa de Ana frank. No fueron 3 porque llegué en invierno y no era época de tulipanes. También me gustó conocer La Haya, el Dam, y unos pocos de los infinitos museos que hay. La ciudad tienen demasiadas, pero demasiadas bicicletas para mi gusto, y la onda de no diferenciar la vereda de la calle no me copa tampoco, menos para un lugar donde la marihuana es legal. Las callecitas con canales y los edificios inclinados son un amor a los ojos.

Me acuerdo de esta ciudad Holandesa y se me vienen mil historias para contar, pero hoy quiero hablar de “la casa” de Ana frank. La casa de atrás del inmueble situado en Prinsengracht 263, de Amsterdam, que sirvió de refugio para ocho personas durante dos años en la Segunda Guerra Mundial, y que se hizo mundialmente famosa gracias al diario de una nena de 13 años que supo registrar con inocencia y alegría la vivencia en carne propia de lo que fue la peor guerra que enfrentó la humanidad.

 

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Infograma de la casa de Ana que encontré en internet, no se podía sacar fotos adentro.

Ana Frank es una niña judía que, durante la Segunda Guerra Mundial, tiene que esconderse para escapar a la persecución de los nazis. Junto con otras siete personas (la madre Edith, el padre Otto, la hermana Margot, un varón dos años mayor que ella -Peter Van Pels-, los padres del chico -Hermann y Auguste Van Pels- y un dentista -Miep Gies-) permanece escondida en la «casa de atrás». Después de más de dos años de haber estado ocultos, los escondidos son descubiertos y deportados a campos de concentración.

De los ocho escondidos, solo el padre de Ana, Otto Frank, sobrevive a la guerra. Después de su muerte, Otto encuentra el diario de Ana y cumple el sueño de su hija al volverla una de las escritoras más famosas del mundo.

Salir de la casa sin llorar o sin un nudo en la garganta es imposible, la historia es muy cruel y el entusiasmo de Ana alimenta de vida a cualquiera; cuesta creer que tanta injusticia pueda caer sobre un ser tan mágico de sólo 13 años. Sin duda es un lugar al que hay que ir,  para aprender, para dimensionar, para perdonar y para nunca callar.

En la actualidad, la casa es visitada anualmente por alrededor de un millón de personas, es uno de los museo más conocidos del mundo y se trata de la casa más visitada del centro histórico de Ámsterdam.

 

La entrada

Desde las 09:00 hasta las 15.30 solo pueden ingresar a la Casa de Ana Frank quienes posean una entrada comprada en línea con horario prefijado de visita. Las entradas en línea son puestas en venta ACÁ dos meses antes de su fecha de validez. A partir de las 15:30 y hasta el horario de cierre pueden entrar a la Casa de Ana Frank los visitantes que compren sus entradas en las taquillas del museo.
Valor de la entrada: Adultos € 9 | de 10 a 17 años: € 4,50 | de 0 a 9 años: gratis | Entrada en línea suplemento de € 0,50

Fuente: La Casa de Ana Frank