Es el último check-in, y me veo en una mezcla de emociones que compiten por saber si el grito de los huéspedes que acaban de cerrar el baúl del auto que alquilaron para recorrer Jujuy, me molesta o me da nostalgia.
El 5 de noviembre del 2021 abrí las puertas de mi hogar en Yala (Jujuy) a turistas de todas partes, Casa Leer del Viaje es - desde que nació en mi imaginación - un concepto de hospedaje aplicado a un lugar centrado en la experiencia de los viajeros. Y la casa en la que elegí vivir desde principios de marzo del 2020.
En Casa Leer del Viaje hay camas, duchas, y desayuno; pero también hay respuestas a las inquietudes de los que viajan, instrumentos musicales para que el distiende no cueste, libros con información del lugar para que la imaginación acompañe a los sentidos, hamacas al costado de la acequia para que la siesta con el murmullo del río sea una posibilidad, un fogón para que los que necesitan el fuego conecten con la noche, un sillón de cara a un cerro verde que trabaja de anfitrión, luces de colores que alegran la oscuridad y flores de colores que alegran el día, juegos de mesa y de jardín para hacer equipo con otros viajeros, y una persona a disposición de lo que necesita el lugar que los alberga.
Y esa persona soy yo.
Tener un hospedaje es algo que pensé por primera vez en un viaje que hice por la costa de Uruguay en 2009, y que recién 12 años más tarde se materializó en esta casa.
Mientras soñaba con mi hostel minimice todos los problemas que conlleva mantener una casa funcionando perfectamente para muchas personas, y también minimicé todos los beneficios que conlleva mantener una casa funcionando perfectamente para muchas personas. Quiero decir, no tenía ni idea de lo que implicaba materializar mi sueño; pero tuve el privilegio de hacerlo realidad.
Cerrar ciclos es algo que suelo hacer bastante más caótico que esto, y creo que la paz en este proceso se debe a la calma que da la realización y a la seguridad en mi nueva meta.
Este proyecto - Casa Leer del Viaje en Yala - lo pensé, lo diseñé, lo decoré, lo atendí, lo mantuve, lo mimé, y lo terminé. Llegué a la final y gané. El trofeo es el amor que recibí de personas que nunca antes había visto, es las visitas que recibí de las personas que son parte de mi vida hace muchos años, es haber llegado con sobrante a fin de mes haciendo lo que me gusta, y también es probarme que puedo.
Hay un lugar que no queda en ningún espacio y es a donde voy a volver, en Buenos Aires vive la mayoría de las personas que amo, y es ahí donde hoy está mi norte. No hay una dirección a la que quiera ir aunque mi cama va a quedar en algún lugar con puerta, hay una cotidianidad a la que quiero ir a vivir; aunque siga viajando.
Estar cerca de los momentos que quiero compartir (con personas en particular) se volvió prioritario para mi, más que estar inmersa en el paisaje en el que me hace bien despertar.
“¿Te vas a Buenos Aires?” – me preguntan.
“No, me voy a mi gente” – les quiero contestar.
Entiendo que hoy no me alcanza estar en, sino para; y tuve que vivir mi sueño (yéndome 10 años) para ver que lo que tengo despierta con las personas que me importan es – para mi - mucho más grande de lo que puedo soñar sola.
El último check-in es un mimo más al alma, al orgullo, y a las ganas de seguir creando(me). Casa Leer del Viaje me regaló amigos nuevos, me hizo vivir momentos increíbles con personas que no conocía, me abrió los ojos a dones que no sabía que tenía, me sumo seguridad en la toma de decisiones, y me convenció de cuáles son los elementos del hogar.
Ojalá los próximos inquilinos de este espacio cuiden el jardín, y ojalá me vuelva a cruzar con los viajeros que le dieron tanta vida a mi vida.
Hoy es 25 de septiembre del 2024 y en menos de un mes me despido de mi hogar en Yala; lo importante es que Casa Leer del Viaje se viene conmigo (y los recuerdos también), y – cuando llegue el momento – abrirá otra vez sus puertas para darle comienzo a un nuevo ciclo.

Casa Leer del Viaje, Yala, Jujuy, Argentina - leerdelviaje.com/casa