San Antonio de Areco: tradición, historia y cultura gaucha (Buenos Aires, Argentina)

Si hay un pueblo que respira tradición y cultura criolla en Argentina, ese es San Antonio de Areco. Ubicado a 113 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, este destino es ideal para una escapada de fin de semana o para quienes buscan sumergirse en la esencia del campo argentino. Con calles adoquinadas, pulperías de antaño y el sonido del trote de los caballos, Areco es un viaje en el tiempo que enamora a todos los que lo visitan.

Un poco de historia

Fundado en 1730 por José Ruiz de Arellano, San Antonio de Areco se convirtió en un punto clave para la vida rural bonaerense. Su ubicación estratégica lo hizo un paso obligado para los arrieros y comerciantes que iban y venían entre Buenos Aires y el interior del país. Con el tiempo, la figura del gaucho se volvió parte fundamental de la identidad del pueblo, y hoy, su cultura sigue viva en cada rincón.

Cuna de la tradición gauchesca

San Antonio de Areco es reconocido como la “Capital Nacional de la Tradición” gracias a su fuerte vínculo con la cultura gauchesca. Uno de los grandes responsables de esto fue Ricardo Güiraldes, autor de "Don Segundo Sombra", una de las novelas más emblemáticas sobre la vida del gaucho. Su legado sigue presente en la ciudad, y cada año, en noviembre, se celebra la Fiesta Nacional de la Tradición, donde desfilan cientos de jinetes y paisanos, mostrando con orgullo sus atuendos típicos.

¿Qué hacer en San Antonio de Areco?

El pueblo de San Antonio de Areco tiene bastantes lugares para recorrer durante tu visita, y te los cuento en esta parte:

• El casco histórico: Caminar por sus calles es como recorrer un museo a cielo abierto. No te pierdas la Plaza Ruiz de Arellano, el epicentro del pueblo, y la Parroquia San Antonio de Padua, que data de 1728.
• El Museo Güiraldes: Ubicado en el Parque Criollo, es un homenaje al escritor y una ventana a la historia gauchesca.
• Las pulperías: La más famosa es La Blanqueada, donde se puede tomar un trago y sentirse en otra época.
• El puente viejo: Uno de los íconos más representativos del pueblo y un testigo silencioso de su historia. Construido en 1857, este puente de piedra y ladrillo fue parte de la antigua ruta que conectaba Buenos Aires con el norte de la provincia, permitiendo el cruce del río Areco a carretas, jinetes y viajeros de la época.
• Talleres de platería y soguería: Areco es conocido por sus artesanos que siguen manteniendo viva la tradición del trabajo en cuero y plata.

Escapadas cercanas: qué visitar en los alrededores de San Antonio de Areco

Si te quedás con ganas de seguir explorando, hay varios lugares cerca de Areco que vale la pena visitar:

• Vagues (a 6 kilómetros): Un pueblito rural con una estación de tren restaurada y un ambiente ideal para desconectarse. VER NOTA DE VAGUES
• Villa Lía (a 20 kilómetros): Pueblo pequeño y encantador, con casas antiguas, una plaza arbolada y algunas estancias donde se pueden hacer cabalgatas.
• Duggan (a 22 kilómetros): Otro rincón tranquilo de la provincia, con almacenes de campo, mucho verde, y una atmósfera de película de campo.

Turismo en San Antonio de Areco

San Antonio de Areco es un destino turístico en constante crecimiento. Los fines de semana recibe una gran cantidad de visitantes, sobre todo porteños que buscan aire fresco y comida tradicional.

Durante la Fiesta de la Tradición, la afluencia se dispara y el pueblo se llena de turistas nacionales e internacionales. Muchos optan por alojarse en estancias cercanas, disfrutando de días de campo con asados, paseos a caballo y guitarreadas al atardecer.

San Antonio de Areco es mucho más que un pueblo bonito: es un símbolo de la identidad argentina. Ya sea para una escapada rápida o para pasar varios días, su magia, su historia y su gente hacen que siempre valga la pena volver.

La comida en San Antonio de Areco

San Antonio de Areco es un destino ideal para los amantes de la buena comida ya que cuenta con una oferta gastronómica que combina tradición y sabor. En el pueblo, se pueden encontrar clásicas parrillas donde el asado es el protagonista, pulperías centenarias que conservan el espíritu gauchesco y restaurantes con propuestas más modernas, pero siempre con productos locales. También hay casas de té que invitan a disfrutar de dulces artesanales y meriendas al estilo campestre. 

Durante mi estadía en San Antonio de Areco almorcé en La Vieja Sodería, un lugar súper tradicional que ofrece platos abundantes y sabrosos, en una esquina a la que no vas a poder parar de sacarle fotos ¿Otro plus de La Vieja Sodería? Los precios están re bien, y las rabas espectaculares. ¿Un consejo? Si vas a almorzar llegá temprano porque se llena, no toman reservas y ya para las 13:00 horas casi no quedan mesas disponibles y vas a tener que esperar bastante. 

El Hospedaje en San Antonio de Areco

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