Katakolon es un pequeño pueblo de pescadores, de tan solo 600 habitantes (según censo del 2001), situado al Oeste de la península del Peloponeso, en Grecia. Actualmente es pedanía de Pyrgos, ciudad a la que sirve de puerto; allí desembarcan muchos cruceros llenos de turistas con ansias de experimentar la magia de la joya arqueológica que sentó las bases del mente sana en cuerpo sano: Olympia (yo estaba en uno de esos cruceros, y era mi primer paso en Grecia).
Olympia es una de las ciudades más antigua del mundo, cuenta con grandes templos, gimnasios y esculturas, y guarda el principio de la historia sobre los dioses griegos, fue famosa por ser el centro religioso donde se rendía culto y adoración a dichos dioses, demostrando respeto con sacrificio atlético. Era una de las Las Siete Maravillas del Mundo Antiguo ¡Y yo estaba feliz de estar ahí!
Hice el recorrido con un guía, que aunque no es lo que más me copa, esta vez me encantó. Hay tanto para reconstruir con la mente cuando escuchás toda la historia que pasó en este lugar…
Tengo que reconocer que yo estaba yendo a Grecia con un preconcepto muy grande, el flamante romance que estaba entablando con la filosofía por ese momento transformaba cada escenario -devenido en ruinas- en un lugar sagrado que adoraba.
Olympia, además, fue nombrada por la UNESCO como patrimonio de la humanidad; y es el Santuario capital del deporte, desde donde la antorcha parte hacia el sitio de los próximos juegos olímpicos. Y no es que a mi me encante el deporte ni nada, pero escuchar hablar a Elena -la guía- con tanta pasión de lo que implica el sacrificio y mantener la llama encendida, estaba haciendo que casi me estén dando ganas de ponerme a entrenar…
En la Antigüedad, los Juegos Olímpicos fueron una serie de competiciones atléticas disputadas por representantes de diversas ciudades-estado griegas, desde el año 776 a. C. Los Juegos se disputaban normalmente cada cuatro años y durante la celebración de la competición se promulgaba la ékécheiria o tregua olímpica, para permitir a los atletas viajar en condiciones de seguridad desde sus polis hasta Olimpia. Los antiguos Juegos Olímpicos fueron bastante diferentes de los modernos; había menos eventos y solo los hombres libres que hablaban griego podían competir, además de que se celebraban siempre en el mismo lugar.
Los últimos Juegos Olímpicos de la Antigüedad se celebraron en el 393 d. C., casi doce siglos después de sus comienzos. Tras la adopción del cristianismo como religión oficial del Imperio romano con el Edicto de Tesalónica, el emperador Teodosio prohibió toda celebración pagana, incluyendo los juegos olímpicos.
“Olimpia y las Olimpiadas son símbolos de una civilización entera, superior a países, ciudades, héroes militares o religiones ancestrales”, escribió el Barón Pierre de Coubertin (fundador de los juegos olímpicos modernos) a principios del siglo XX impresionado por la milenaria ciudad.
El desplazamiento desde Katakolon a Olimpia puede hacerse: en coche de alquiler o taxi (duración del viaje 35-40 minutos) o en tren (duración del viaje 50-55 minutos) Son 32 km. Desde Atenas se puede llegar por una ruta (434 km) que va cruzando por el canal de Corinto -maravilla de ingeniería que permite el paso de barcos desde el golfo de Corinto hacia las islas Cícladas del Mar Egeo.