Estaba manejando por la Ruta Nacional 7 y Diego - un gran amigo que me regaló en Norte Argentino - me hizo escuchar una canción que nunca había registrado antes y que no dejé de escuchar después.
Hoy la recito de memoria, ese día estábamos volviendo de Las Cuevas, en Mendoza, en una ruta llena de nieve, dimensionando cuán insignificantes éramos entre esas cumbres.
La parte que más me emocionó fue:
Por plata que haigas juntado
no te sientas cordillera,
pues en la vida rutera
aquel que se cree muy grande
se pone al lado de los andes
y es un enano cualquiera...
LA CARRETA Y EL CAMIÓN,
Atahualpa Yupanqui
Hoy que vivo abandonada
en solitario rincón
(esto lo piensa la carreta
nuestra carreta criolla, ¿no?) ...
Hoy que lo miro al camión
por esas rutas amadas,
hoy que ya no tengo nada
ni barrito en mi rodado,
hoy que solo me ha quedado
la sombra de mi armazón
le quiero dar al camión
lo que los años me han dado...
Conozco la patria entera
en mi infinito rodar;
yo se lo que es peludear
en barro y en polvareda,
yo he crujido en las laderas
buscando los horizontes,
yo fui gusano en los montes
y mariposa en los llanos,
yo cruce noches y arcanos
como barca de Caronte...
Si un rancho ves al pasar
y de ahí te mira un paisano
con ademán campechano
tú lo debes saludar.
Esencia del buen viajar
es mostrarse bien educado,
y si hay barro en tu rodado
por causa de un chaparrón
procura que el corazón
no se te quede embarrado.
Si en ese trajinar duro
ves alguno en la estaquida
hacele alguna gauchada
que es como luz en lo oscuro.
En mis tiempos, te lo juro,
sin molestar con pregunta
desataba las yuntas,
sin mirar marcas, ni pelo...
El camino es como un cielo
donde los buenos se juntan.
Es claro que hay desengaño
porque no somos perfectos,
amigazo los defectos
son males que duran años
yo también sufrí del daño
por no vivir ventajeando;
pero, compadre, pensado
que al final gana el mejor
el vivo pierde el honor
y el bueno se va salvando...
Carretero y camionero
los dos andan por la huella;
a los dos la misma estrella
le señala el derrotero.
No se vuelva farolero
el de anteojos y campera
y no imite a los de afuera
en el modo de vestir,
que imite el criollo sentir
de aquel que uso corralera...
Que nadie quede enfadado
si aconsejo como siento,
el hombre vale por dentro
Que lo de afuera es prestado.
Por plata que haiga juntado
no te sientas cordillera,
pues en la vida rutera
aquel que se cree muy grande
se pone al lado de los andes
y es un enano cualquiera...
Aunque vivís entre ruidos
de motores y engranajes
no cometas el ultraje
de hablar a los alaridos,
pone los cinco sentidos
en lo que estas conversando
y si algo te va alegrando
ríe, que la risa es vida,
pero hay risas parecidas
a caballos relinchando...
Si a vos te gusta cuidarlo
y lubricarlo al camión
pensá que a tu corazón
también debes aceitarlo;
con cuidado has de tratarlo
y llenarlo de bellezas,
si hay algunas tristezas
que te venza o que te espante
alumbrarlo pa' que cante
y levantarás la cabeza.
El canto es como un cogollo,
hijo del largo camino,
si tu canto es argentino
vos te sentirás más criollo,
la copla tiene mil rollos
que a veces surcan los vientos
y a veces como de intentos,
sin ni siquiera cantar,
adentro tuyo ha de estar
endulzando tu momento...
Le aconsejo en la ocasión
al hermano camionero
como los de antes obreros
con otra disposición
yo me vuelvo a mi rincón
donde el tiempo me empujo.
Soy carreta que trazó
entre cardales la huella,
a toditas las estrellas
si les abré cantado yo...
Bendito los herederos
de aquel paisano argentino
que picaneo en los caminos
y se llamaba carrero.
En tu viaje camionero
te sigue mi sombra bella,
no ha de faltar una estrella
que te acompañe feliz
Como no me falto a mi
cundo anduve por la huella
Nada en el mundo es eterno
pero aunque llego mi fin
me prolongo en el trajín
del camionero moderno.
Es menos crudo el invierno
para le que tiene cabina...
y el rutero que camina
contento en su profesión
merece la bendición
de la carreta Argentina.
Atahualpa Yupanqui, es el nombre artístico de Héctor Roberto Chavero (nacido en Pergamino, el 31 de enero de 1908 y fallecido en Nîmes, Francia, el 23 de mayo de 1992), fue un cantautor, guitarrista, poeta y escritor
argentino.
Ampliamente considerado como el músico argentino más importante de la historia del folklore, y en 1986 Francia lo condecoró como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras.