Estas palabras surgen en forma de adaptación de dos textos que me encantan. El primero que leí fue “No salgas con una chica que viaja”, escrito por Adi Zarasadias y traducido en más de 10 idiomas (podés leer el texto original traducido al español haciendo clic acá). El segundo es “Jamás te enamores de una mujer que ama a los perros”, una carta viral que encantó y fue furor en las redes sociales (podés leerla haciendo clic acá).
¿Porqué adaptarlos? Me pareció divertido (y descriptivo); y además quise quitarle todo tipo de connotación negativa a dos manifestaciones tan hermosas ¿Porqué unirlos? Creo que se acoplan perfcetamente en la descripción de un mismo tipo de persona (en el que me leo).
Salí con una chica que viaja, y enamorate de una mujer que ama a los perros
Una chica que viaja y ama a los perros es esa que va despeinada y que tiene el pelo un poco quemado por el sol, anda con huellas en la ropa, pelos en la casa y usa mochila en lugar de cartera. Su piel no está como al principio; pero tampoco bronceada. Su piel tiene rayones de uñas, marcas de quemaduras, de heridas y picaduras. Es esa que tiene una correa siempre a mano, una historia para cada marca en el cuerpo, una idea para los contratiempos y una sonrisa ante lo desconocido…
Una chica que viaja y ama a los perros es esa que conoció el amor incondicional, creció tras asumir la variedad en las culturas, entendió lo que significa compañía y sabe disfrutar de lo genuino.
Salí con una chica que viaja y enamorate de una mujer que ama a los perros porque siempre está buscando superarse, y aunque existe la posibilidad de que no consiga un trabajo estable (ni sepa cuándo va a volver a cobrar), es lo que la estimula a seguir andando. No quiere seguir matándose por el que es el sueño de otra persona ni usar tanto tiempo del día lejos de sus perros. Ella tiene un sueño propio, tan cambiante como su experiencia, y siempre está trabajando en él. Es autónoma -o lo intenta. Gana dinero escribiendo, tomando fotos, dibujando, o haciendo cualquier otra cosa que requiera creatividad e imaginación y le permita trabajar a distancia, con sus perros al lado. No pierde el tiempo quejándose de su aburrido trabajo. No pierde el tiempo, porque sabe que no le alcanza la vida para recorrer todos los puntos del planeta que aún no visitó, y por esta razón va a preferir evitar las discusiones que no construyen y pasar el tiempo buscando ofertas de vuelos y lugares pet friendly para que vayan juntos.
Salí con una chica que viaja y enamorate de una mujer que ama a los perros porque nunca te va a juzgar, ella eligió una vida de incertidumbre gracias a que conoció tantas opciones como culturas. Sabe que el bien y el mal son tan relativos como el punto del planeta en el que te encuentres para determinar si es de día o de noche; y entiende que cada persona está hecha porsu camino. Además, vió tantas imágenes disonantes a su parecer que es muy difícil que algo pueda espantarla. No tiene un plan pero sabe que quiere que estés en él; baila al ritmo de los ladridos y también te invita a componer. No lleva reloj. Sus días los marcan el sol, la luna, los perros, el hambre, las ganas y el sueño. Cuando hay olas, la vida se detiene y ella deja todo lo demás para otro momento, cuando se deja ver el sol sabe que puede resolver cualquier problema durante el paseo con los perros.
Salí con una chica que viaja y enamorate de una mujer que ama a los perros porque conoce el amor verdadero; ella aprendió a sentir el amor en las acciones y la contención a través de los ojos, sin necesitar las palabras. Los kilómetros de ruta la hicieron descartar la idea de no alcanzar la meta, y está dispuesta a todo por defender su manada. Aprendió a amar en un presente perfecto, porque así es el vínculo que la une a su perro. Ella conoce de la incondicionalidad, sabe descansar en la confiaza, detenta una sensibilidad extrema capaz de emocionarse por el movimiento de su peludo o un bello paisaje. Puede ser tierna como un cachorro o tan feroz como una loba por cuidar a los seres que ama. Ella no te va a exigir, porque conoció la reciprocidad, la nobleza, la entrega, el estar en las buenas y las malas, el sentimiento puesto en demostraciones sin límites o en largas quietudes. Ella superó el miedo a perder la primera vez que desabrochó la correa de su perro y lo dejó correr en libertad; ya sabe que uno se queda donde la pasa bien y que las obligaciones son las que alejan.
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Me parece muy acertada la mezcla de los dos escritos. Al amor de mi vida le gustaba viajar como a mi y aprendió a compartir mi amor por los perros, así que no puede estar más de acuerdo contigo.
Si te enamoras de una de ellas y tienes la fortuna que ella se enamore de tí, no hay que dejarla ir y solo prepararse para una vida de felicidad. Mi historia de amor duró solo 42 años porque el cáncer nos separó. Todavía quedan los viajes y la compañía de los perros…
Hola Juan, me hiciste emocionar, son hermosas tus palabras, gracias por compartir tu historia <3 Te mando un abrazo, a vos y a los perros.