Desde julio del 2020 comenzaron los incendios en diferentes regiones de Argentina. El 26 de Agosto salió una nota de Infobae que titula: "Argentina en llamas: ya son 11 las provincias afectadas por los incendios y quedaron arrasadas más de 120 mil hectáreas". El 18 de Septiembre comenzó el fuego en el Parque Nacional Calilegua, único parque nacional de la provincia de Jujuy. Provincia a la que me mudé una semana antes de que comenzara la cuarentena por el Coronavirus en Argentina; hace ya 7 meses.
Gracias a Vero y a Juani, dos amigos de Los Nogales - barrio en el que vivo en Yala -, me enteré que el Instituto de Derecho Animal estaba juntando donaciones para llevar a los bomberos que están trabajando en el parque desde hacía más de 25 días; y organizamos - entre muchos - una colecta masiva en 36 horas por redes sociales para juntar fondos. Viajé a con Pri - otra amiga de Los Nogales - y Gianni - un periodista de San Salvador de Jujuy que se contacto cuando vio el anuncio de la colecta en redes sociales - hasta las zonas de Jujuy más afectadas por los incendios, y al interior del Parque Nacional Calilegua.
Viajamos el sábado 17 de Octubre, hoy es lunes 19 y hace 2 horas el medio informativo Página 12 publicó "Unas 3.220 hectáreas de área natural protegida del Parque Nacional Calilegua ya fueron quemadas por los incendios forestales que desde hace un mes afectan a la región de las Yungas en la provincia de Jujuy, región en la que el fuego ya arrasó 11.148 hectáreas en total. Los grandes focos que avanzan en la zona son dos y se encuentran en cercanías del yacimiento petrolífero de Caimancito, donde se comenzaron a tomar medidas de seguridad para evitar que llegue el fuego" (ver nota)
Salimos desde San Salvador de Jujuy cerca de las 9 de la mañana y nos dirigimos a Yuto, un pueblo que se encuentra a 170 kilómetros de Yala, sobre la Ruta Nacional 34, y que se vio muy afectado por los incendios. La ruta de mano izquierda antes de llegar es devastadora. El tramo que une Caimancito y Yuto fue el más afectado y el paisaje es lo más desolador que pisé; mis botas estaban sobre ceniza, los árboles eran carbón, el horizonte estaba negro, y el aire era intensamente denso. Frenamos a hacer las imágenes que te comparto, nos fuimos con el corazón hundido, e intentamos sin éxito dar con los bomberos voluntarios en el Yacimiento donde hacen base durante el día. Manejé unos pocos kilómetros de vuelta hasta el pueblo de Caimancito, donde nos dijeron que podíamos llevar las donaciones; ahí nos encontramos con la presidenta del Instituto de Derecho Animal y fuimos a llevar las cosas para los bomberos a la escuela Emiliano Moyano.
Tras dejar las donaciones y hablar un buen rato con las personas del ejercito que asisten a los bomberos, nos sentamos a almorzar en una estación de servicio de Libertador General San Martín, y cerca de las 16:00 horas ingresamos al Parque Nacional Calilegua para entender el estado actual del fuego y ver lo que habían dejado los incendios. Entré sintiendo - por primera vez en un parque nacional - más miedo que ganas. Calilegua es muy especial para mi, por albergar al yaguarté, y por varias razones personales más; tuve mucho miedo de no encontrarme con el paisaje que conocí hace dos años atrás, y ver con mis ojos - la zona núcleo de las yungas - como hace pocas horas había visto las afueras del pueblo de Yuto.
El Parque Nacional Calilegua se encuentra en la zona núcleo de la Reserva de yungas (selva de montaña).
Las yungas son fundamentales para el equilibrio ecológico de gran parte de Argentina y Sudamérica, gracias a que sirve como corredor verde para el transito de animales y, además, la densidad de la vegetación sirve para retener enormes cantidades de agua que después - desde las mismas yungas - bajan como caudales fluviales y fertilizan gran parte del país. Basta con tener en cuenta que la Cuenca del Plata reciben la mayor parte de sus caudales constantes a partir de esta zona.
Además muchas de las especies presentes en el Parque Nacional Calilegua se hallan en grave riesgo de extinción, como la Taruca (o Huemul del norte), el Yaguareté y el Águila poma. También hay otras tantas especies animales que constituyen significativas rarezas como ser la Rana Marsupial y el Surucuá aurora.
En el Parque Nacional Calilegua se han registrado 123 especies de árboles, 77 de helechos, 120 mamíferos y 350 de aves. La riqueza paisajística y ambiental de esta zona es invaluable, e increíble.
El recorrido turístico por el que se puede manejar dentro del parque - por la Ruta 38 - tiene unos 35 kilómetros aproximadamente, y manejando pocos kilómetros más se accede hasta el pueblo de San Francisco. Hicimos el recorrido de punta a punta, a pesar de que se encontraba cerrado el parque nacional, tras fundamentar al guardaparque de la entrada nuestro motivo de ingreso.
Para mi tranquilidad, el camino estaba tal como lo recordaba, sólo en los primeros kilómetros vimos el humo sobre el río, y a poca distancia del monolito de los 1800 m.s.n.m vimos el único foco de incendio sobre la ladera de un cerro monte adentro. "Ojos que no ven, corazón que no siente" pensé. El Parque Nacional comprende más de 76.000 hectáreas y la lejanía del fuego me hacia sentirlo "menos grave", por supuesto que no lo es, sólo que no está al alcance del transeúnte ver el deterioro que el fuego está haciendo sobre la fauna y el ambiente.
Sin embargo, en el camino era difícil no reflexionar sobre la necesidad de conservar este espacio tan espectacular y esencial: la incidencia de los incendios es cada vez más comprometedora - además de irreversible -, pensé, y como sociedad es momento de que nos demos cuenta de que ya no tenemos tregua para dar lugar a la omisión. Todos somos responsables, en diferentes formas, de proteger éste y cada espacio natural que esté en llamas... Y lo sigo pensando ahora.
Al terminar de atravesar el parque, frenamos poco tiempo en San Francisco, a estirar las piernas y a comprar el agua más fresca que encontramos antes de derretirnos de calor, estaba por caer el sol, y la hora mágica nos dio la bienvenida.
El contraste de los cerros con el sol cayendo detrás y la tierra naranja brillante me hacían sentir muy agradecida de haber llegado hasta ahí. El aire se tornaba menos denso y algo de brisa avisaba que era el momento de volver al auto para recorre los 40 kilómetros de curvas y contra-curvas que nos separaban de la salida del parque, y los más de 190 kilómetros que me separaban de Yala, antes de que el sol se termine de poner.
Logramos el objetivo de llegar a la Ruta Nacional 34 antes de que la noche se ponga cerrada, vimos el atardecer increíble que te comparto en la imagen de abajo, y - por sobre todo - logramos unirnos un montón de personas para hacer llegar un poco de ayuda en un momento donde la naturaleza nos necesita coherentes y unidos.
El trabajo no terminó, la mayor parte de lo recaudado se va a donar para abastecer la carpa sanitaria que va a atender a la fauna silvestre rescatada del Parque Nacional Calilegua y que todavía está en etapa de armado. Junto al Instituto de Derecho Animal vamos a suministrar al CAFAJu (encargados del rescate de fauna silvestre en la provincia de Jujuy) en todo lo que nos pidan y podamos, para que los animales del Parque Nacional Calilegua puedan ser curados y reinsertados nuevamente a su hábitat natural.
Si querés saber más sobre el Parque Nacional Calilegua, entrá en "Parque Nacional Calilegua: el corazón de las yungas", es la nota que escribí en Agosto del 2018, la primera vez que visité el parque, y tiene muchos datos sobre las actividades que se pueden hacer en él, así como los datos de contacto, acceso, y horarios.
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