Campanopolis: una aldea con estilo medieval a una hora de la ciudad (Buenos Aires, Argentina)

Campanopopolis es una aldea de estilo medieval que fue construida gracias al sueño de un hombre. Se encuentra a una hora de la Ciudad de Buenos Aires y es un atractivo que no podés dejar pasar si sos de las personas que disfrutan de descubrir lugares con identidad.

Hace unos años me enteré de la existencia de Campanopolis pero por diferentes razones postergué mi visita hasta septiembre del año 2023. Hoy, finalmente, llegué hasta esta especie de aldea tan particular e interesante con Giuliano (un amigo que es mi hermano), y puedo narrarte en esta nota todas las respuestas a las dudas que tuve antes de ir, y decirte - ahora con fundamento - que sumes este lugar a tu recorrida.

¿Qué es Campanopolis?

Me compliqué sola poniendo de título a esta pregunta [¿Qué es Campanopolis?] porque creo que lo más difícil de Campanopolis es definirla.

Decimos - el folleto promocional y yo - que es una aldea porque se ve como las aldeas que vemos en las películas, y decimos - el folleto y yo - que es medieval porque las construcciones tienen aires góticos y bizantinos. Pero a rigor de verdad no es una aldea, ni es medieval.

No es una aldea porque las construcciones que componen el predio no fueron pensadas para ser habitadas; salvo 2 salones que tienen baños y cocina (y que en la actualidad se utilizan para eventos) las edificaciones sólo poseen luz eléctrica (algunas) y - la mayoría - no disponen de más que de la fachada con llamativos cerramientos, sin ningún tipo de criterio en la distribución de espacios habitables ni materiales preparados para soportar el peso de las personas circulando en el interior.

Y tampoco es medieval, primero porque no se construyo en la Edad Media, y segundo porque aunque los aires de las construcciones se ven influenciados por las visiones arquitectónicas que van desde el siglo V hasta el siglo IX no fueron erguidas con conocimientos de arquitectura, ni cumpliendo los parámetros de ninguna corriente en particular, ni respetando las normas de algún estilo - hasta el momento - definido. 

Campanopolis es la realización del sueño despierto de un hombre con ingenio desmedido y ambición de crear. 

Antonio Campana es este hombre y - aunque no voy a adentrarme mucho en su historia porque quiero que la escuches en el salón con puertas que no llevan a ningún lado (cuando vayas a visitar Campanopolis) - me importa adelantarte que diseñó todo este lugar sin tener ningún tipo de conocimiento de arquitectura, ni planos. Su imaginación fue la artífice de un pequeño mundo levantado a base de objetos que tienen historias guardadas del calibre de su antigüedad, y que están dispuestos exactamente donde los ubicaría la mente de una persona que quiere crear un sitio con la identidad propia de un escenario exótico hecho a su antojo.

¿Cómo y de qué está hecho Campanopolis?

Campanopolis está emplazado en un terreno de 220 hectáreas, sobre tierras que se compraron con miras a un negocio agrícola y ganadero que no llegó a ocurrir por diversas razones que vas a conocer en tu visita. Lo importante es que Antonio Campana - dueño de las tierras - decide destinar este suelo a la realización de un sueño personal que se levantó, casi en su mayoría, con escombros de otras construcciones y todo tipo de objetos recuperados.

Si bien Antonio no termino sus estudios secundarios y no poseía ningún conocimiento técnico de arquitectura, había recorrido diferentes países que inspiraron su visión. Así, papel y lápiz en mano, bocetó las estructuras que se pudieron tangibilizar a fuerza de distribuir los miles objetos rescatados que, con la posición correcta, encontraron armonía y un estilo propio en la identidad de Campanopolis. Es decir, recicló y reutilizó todo lo que su imaginación buscaba para fabricar cada ángulo (aunque en falsa escuadra) de su sueño.

Lo que ocurre es que se ven las visiones de su creador en toda la obra (y ahí radica la particularidad), hay un pasaje dentro de Campanopolis, por ejemplo, que lleva el nombre de un profesor de Antonio ("Pasaje Profesor Gorso") y que fue construido replicando la calle donde había nacido este profesor que además era un gran amigo (la frutilla de ese postre es que años más tarde es ahí que yacen las cenizas de su docente). 

La aldea mágica (nombre que autoproclama en el folleto promocional) es un rejunte de ideas y sus construcciones lo plasman. Me quedan pocas palabras sin usar para expresar lo exótico que resulta al sentido común el conglomerado de edificaciones que componen Campanopolis, pero voy a tratar de ilustrar lo que quiero decir con algunos ejemplos: hay ventanas que empiezan por los tobillos y terminan a la altura del obligo, hay muchas puertas que no llevan a ningún lugar, también hay escaleras que no suben a ningún lado, existe un Museo de Caireles (son los cositos de vidrio que cuelgan de las arañas antiguas), hay una pared pintada de azul con objetos fúnebres decorando el interior de una sala vacía, y una de las casitas tiene varias chimeneas dobladas con gorritos en forma de cono. Y sólo nombre algunas cosas.

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¿Cómo es la visita a Campanopolis?

Para visitar Campanopolis lo primero que tenés que hacer es sacar tu entrada en su página web. En septiembre de 2023 el precio es de $6.000 (seis mil pesos argentinos) por persona, el único horario de visita es desde las 13:00 hasta las 17:00 horas (en otra época del año se puede visitar desde las 8:00 a las 12:00 también), y la entrada es - por defecto - con guiado. 

Una vez en el predio de Campanopolis te dirigís al edificio que hace de Intendencia y te anotás en una de las visitas guiadas que salen cada 1 hora. Si llegaste cerca del horario de apertura (que es lo que más te recomiendo) entrás directamente con el primer grupo a hacer la visita guiada. Si llegás un poco más tarde (que es lo que hice yo) vas a poder quedarte sacando fotos o comiendo algo antes de hacer el guiado.

Cuatro horas parecen demasiado tiempo para este pueblito inventado y tan peculiar, pero no lo son. El recorrido con el guía dura 1:20 horas aproximadamente, y como llegás para el horario de la comida seguro vas a tomarte un momento para almorzar. Las menos de 2 horas que quedan luego del almuerzo y el guiado son lo justo para poder recorrer Campanopolis por tu cuenta y admirar cada detalle e inmortalizarlo en imágenes.

Si sos detallista, te vas a impresionar con el tipo de objetos expuestos y el uso que tomaron en las diferentes escenas que regala el mundo de Campanopolis. 

¿Dónde se encuentra Campanopolis y cómo llegar?

Campanopolis se encuentra en Gonzalez Catán, partido de la Matanza, en la provincia de Buenos Aires (podés ver la UBICACIÓN ACÁ). No es para nada una zona turística ni tampoco es del todo segura, yo te recomiendo acceder hasta el predio con mucha precaución. 

Toda la parte de las construcciones que hacen a Campanopolis están en un lugar que no presenta peligro durante la visita, pero el camino hasta entrar es para transitarlo si o si en vehículo particular (Uber, taxi, remis, vehículo propio), sin bajar las ventanillas, y prestando atención a la seguridad.

Yo lo visité en vehículo particular y no tuve ningún inconveniente ni leí de personas que hayan tenido problemas tampoco, pero entiendo que muchas personas que no conocen las distintas zonas de Buenos Aires llegan hasta esta página y vale la pena que recuerden estar atentos a su seguridad en los trayectos de ida y vuelta a Campanopolis. 

Datos útiles

Por último, quiero compartirte algunos datos que pueden ser útiles en tu visita:

HAY UN MERCADO: En Campanopolis, una de las construcciones alberga un mercado donde podés comprar algo para tomar (bebidas, jugos, café), y diferentes cosas para comer (medialunas, pizza, empanas, papas fritas). Los precios son accesibles (una pizza de muzzarrella: $2.500), lo malo es que no tiene mesas para sentarse.

PODÉS LLEVAR TU VIANDA: Si bien disponés de la opción del mercado, también se puede llevar una vianda para hacer un pequeño pic-nic en las inmediaciones. Cosa que te recomiendo si vas en un día de clima agradable.

NO PODÉS DISFRAZARTE NI VOLAR UN DRONE: Si tenías la ilusión de ir vestid@ para la ocasión, o de hacer imágenes con drone, tenés que considerar descartarlo o pedir un permiso especial. La entrada general que se abona desde la página no permite ninguna de estas acciones.

SE SIENTE MUCHO EL FRÍO: Si vas a visitar Campanopolis en invierno o en un dia de baja temperatura, tené en cuenta de llevar abrigo extra porque es todo descampado y las construcciones están abiertas, sin calefacción en ninguna de ellas.

EL ESTACIONAMIENTO ES GRATUITO: Hay un espacio grande al descubierto para dejar las vehículos cerca de la entrada, y es gratuito.

Espero que esta nota haya evacuado tus dudas sobre Campanopolis; si tenés cualquier otra inquietud podés escribirme en los comentarios. 

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