El día estaba espectacular, el sol pegaba fuerte y había una brisa fría y seca; el cielo apenas decorado. Llegué al Valle del Picapedrero y a metros de la tranquera vi una camioneta que estaba al lado del bagón de la entrada, con la puerta abierta. Bajé del auto y fui a preguntarle -a quién no había cerrado la puerta del vehículo- si sabía quién era Lole, y dónde estaba. Él era Lole.
Me subí a la camioneta, y Lole me empezó a contar. Entendí que había dejado la puerta abierta porque estaba a las corridas, pero en ningún momento lo sentí mientras me describía el valle. Se notaba que le encanta. Es un predio de 24 hectáreas enclavado sobre las laderas del cerro Aurora, y está rodeado de pequeños valles que tienen la singularidad de haber conservado el patrimonio cultural.
Nos bajamos de la camioneta en la entrada del camino que desembocaba en el puente tibetano. Yo sabía que era un complejo de aventuras al aire libre, lo que me sorprendió fue la re-valorización cultural y ambiental que hay por todo el predio. “¿Ves este camino? Lo podamos a mano, y lo mantenemos igual. Podríamos usar roundup (glifosato) que es mucho más rápido, pero eso quemaría algunas plantas e intoxicaría el suelo, y nosotros queremos preservar el ambiente”, me decía.
Estamos en Octubre, plena primavera y un día de semana. Mientras Lole me contaba -y los pájaros cantaban-, veía a un grupo de estudiantes que habían viajado a conocer Tandil y tenían un día de aventuras programado en el itinerario que había armado el colegio para el viaje de estudios (ellos son los que ves en las fotos con los cascos rojos y en plena actividad).
Hablé con los chicos un rato sobre si les gustaba Tandil, les saqué fotos durante el rápel y los despedí cuando iban camino a la tirolesa. Se quedaron con Gastón, quién maneja el predio y las actividades junto con Lole; yo seguí camino con el que era mi guía, que una vez arriba del mirador de 30 metros, comenzó a contarme en profundidad el trabajo de los antiguos picapedreros que poblaban esa zona.
Desde que llegó el ferrocarril a la zona del Tandil, comenzó la fiebre de la piedra. Estas moles de granito que hacen al paisaje del sistema de sierras de Tandilia y están repartidas por todos los adoquines de Buenos Aires, fueron extraídas y cortadas por los picapedreros.
Me contó Lole, que fue a buscar al único picapedrero que -hasta hace 2 años- sobrevivía de aquella época. Lo fue a buscar para que le cuente su historia, y hacerle algunas preguntas que lo ayuden a conocer todos los pormenores del valle y los picapedreros. Me contó, que en la charla le preguntó -entre muchas cosas- si se acordaba del momento en que derribaron el cerro de los leones, y -quién había perdido 3 falanges en este trabajo de dinamitar cerros a mano– le contestó orgulloso, tras una palmada en la espalda: “yo lo tiré”.
¿Quién pudiera contarle que poco orgullo sentimos por eso, no? Creo que la brecha cultural es demasiado amplia, y del relato de Lole, saqué que estos hombres veían en su trabajo la posibilidad de arraigo y de ayudar a sus familia. Sin ser capaces ni de imaginar las consecuencias.
Me contaba también, que los picapedreros estaban con unas condiciones de trabajo terribles, se les pagaba poco y en una moneda que creaba su propio empleador, quien les terminaba vendiendo todos los insumos porque era el único que aceptaba esa moneda (si, como que te pague por un trabajo con “moneda leer del viaje”, andá a cambiar eso en el supermercado…). Dice que para él, esta situación de semi esclavitud en la que se encontraban los picapedreros, hizo que en una de las tantas manifestaciones por sus derechos, tiren la famosa Piedra Movediza que atraía a los adinerados turistas que enriquecían a los dueños de las tierras (podés leer la nota completa de la movediza haciendo clic acá).
Además de aprender y de hacer deporte de aventura, es un lugar para caminar por vistas como la foto de acá abajo, en tres circuitos de media-baja dificultad.
Si querés saber más sobre el Valle del Picapedrero podés visitar su Página Web y si querés leer todas las entradas de Tandil, hacé clic acá.
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Hermosa la nota Agos y espectaculares las fotos que nos mandaste!!!! muchas gracias por plasmar tu experiencia con nosotros !
abrazo
Mercedes