Viajar sola en avión, cuando no te gusta viajar en avión: qué hacer

Volar en avión puede ser una situación traumática para vos, aunque te encante viajar. Y lo digo por experiencia propia.
En esta nota escribo sobre algo tan intangible como el miedo, y las herramientas que encuentro para enfrentarlo; con el objetivo de dártelas a vos también para que superes el momento de volar a tus vacaciones de la mejor manera posible.


Contrario sensu de lo que se puede pensar de una mujer que escribe en un blog de turismo y lleva visitados 18 países; no me gusta viajar en avión. Lo sufro, me complica el sueño las noches anteriores al vuelo, y me encantaría que exista otra opción para llegar hasta los lugares que quiero conocer. Pero entiendo que es "el precio que tengo que pagar" (y no estoy haciendo referencia al importe del boleto de avión) para alcanzar lo que quiero. Por eso trabajo en enfrentar la situación.

Esta nota no es para la persona que no le gusta viajar en avión porque las piernas le quedan incómodas o porque la comida le resulta insulta. Esta nota la escribo para personas que, como yo, la pasan mal en el avión pero viajan igual; y para personas que están en tratativas de convencerse de hacerlo.


EL MOTIVO DE PORQUÉ NO TE GUSTA VIAJAR EN AVIÓN

El motivo de porqué no te gusta viajar en avión es indistinto, pero la emoción es la misma: miedo. 

El miedo puede ser a que algo salga mal y se caiga el avión, o te puede dar miedo de que colisione con otro avión en el aire, puede ser también miedo a la falta de oxígeno durante el vuelo (asfixia), o miedo a estar encerrada sin poder salir de la cabina (claustrofobia), o también tener miedo a la sensación de estar tan alto; pero es miedo.  

Tan generalizado está el miedo de subirse a un avión, que tiene un nombre y lo padece el 20% de la población: aerofobia.

La aerofobia es un miedo intenso e irracional a viajar en avión. Es irracional porque está probadísimo que los riesgos de accidente (sobre todo en aéreos comerciales) es ridículamente más bajo que los que ocurren en el tránsito vehicular, es irracional porque está probadísimo que hay oxígeno para todos los pasajeros durante el vuelo, es irracional porque no estás pudiendo salir de la cabina pero sólo por un tiempo limitado y nada malo va a pasarte en el transcurso. Pero aún así, y usando sólo tres ejemplos, el miedo se siente verdadero y el cuerpo reacciona en consecuencia.

La sensación de inseguridad está aunque se pruebe lógicamente la seguridad; y es intensa. Lo que quiero decir en este punto es que no te concentres en el avión, porque tu cabeza tiene respuestas lógicas que no apaciguan tu miedo (el miedo es irracional, no sabe de lógica); concentrate en el origen del miedo.

Tratá de entender la causa real de tu molestia en el avión (de tu miedo); internalizala, intentá de curarla, observá las diferencias con las situación de volar, y esforzate en usar las mejores herramientas que dispongas para enfrentarla (la terapia ayuda a esto).

En mi caso, no tengo nunca miedo de que falle la mecánica del avión ni de que colisione (sé que no se va a caer); mi problema es el encierro. Me genera muchísima ansiedad la situación de no poder salir. Mi cabeza me taladra con la idea de que somos un montón de gente en una lata voladora y que no me puedo bajar cuando yo quiera. Dice que estoy atrapada; que perdí mi libertad, que vuelva a la situación anterior, que salga de ahí. Y por todo lo que dice, sólo se concentra en formas de salir del encierro momentáneo (y - por supuesto - no las encuentra). 

¿Qué hago para salir de la situación de crisis? Además de intentar aplicar los consejos que te comparto en el último título de esta nota, trato de entender lo que originó ese miedo; no trato de entender al miedo que es el irracional (y en definitiva la reacción), sino a lo que lo hace nacer (a la causa, que sí responde a una lógica).

En mi caso, trabajo en analizar situaciones donde me sentí encerrada, pienso en qué detrimentos tuve cuando no pude actuar con libertad, imagino los momentos donde no tuve disposición para ejercer mi voluntad. Y con toda esa información, intento demostrarme que no tiene nada que ver con el avión.

El miedo puede venir de historias que te contaron en tu familia, de imágenes que absorbiste de una película, de momentos a los que te lleva con el pensamiento la sensación de que no entre aire, puede venir de situaciones que no recordás pero que necesitás resolver, de experiencias traumáticas que asimilas a estar en el avión, etc. Lo importante es que encuentres de dónde nace.



VERTE SIN COMPAÑIA EN EL AVIÓN

Sí, además de encarar tu miedo. Tenés que hacerlo sola.

La verdad es que siempre el trabajo es personal, pero también es cierto que la buena compañía hace todo mucho más fácil de enfrentar. Por tanto, está bien que sientas que viajar sóla en avión (cuando es algo que no te gusta) es un doble desafío; pero no te es útil que ese desafío se transforme en un limitante.

Lo que quiero decir es que está fundamentado tu disgusto y por eso aparece; pero si viajar es una actividad que quema adentro tuyo y sabés que no tenés que apagar, el avión no puede ponerle límites a ese fuego. 

En la nota VIAJAR SOLA: LO BUENO, LO MALO Y LO GENIAL, escribo sobre las inseguridades que sufrimos cuando nos falta un centro de confianza cerca y de los beneficios que eso genera. Te invito a leerla porque tiene mucho que ver con este tema.

No tener compañía en el avión puede hacer que te sientas completamente sóla, aún con todos los asientos llenos a tu alrededor. Y lejos de querer asustarte, te propongo que lo imagines como un escenario donde sos capaz de actuar sin ninguna necesidad de representar las cosas que no te gustan de vos.

Te propongo que dejes en el aeropuerto a la versión de vos que le tiene "miedo a volar" (ya escribí en el punto anterior porqué el punto no es el vuelo), y que subas al avión con una versión nueva de vos. Una versión con ese miedo apagado (aunque sea, una vez por vuelo por ahora) lista para ser - frente a personas que van a compartir el aire con vos por un rato - una mujer capaz de priorizar su fuego (las ganas de volar) ante las circunstancias que la aquejan (el vuelo).

¿Cómo? Te comparto mis consejos/herramientas en el título de abajo.


CONSEJOS PARA SUPERAR UN VIAJE SOLA EN AVIÓN CUANDO NO TE GUSTA VOLAR

Habiendo hecho hincapié sobre la necesidad de separar "el miedo" de "el vuelo", y habiendo tratado el tema del miedo desde la posibilidad de resolver un trauma (haciendo terapia, por supuesto), me resta compartirte las herramientas que uso para superar el vuelo cuando estoy sola. Porque aunque me suba al avión como la mujer que dejó el miedo en el aeropuerto, igual necesito herramientas para superar el momento.

1. INTENTAR QUE PASE RÁPIDO
Lo mejor de todo sería que puedas dormir la mayor parte del vuelo para que sientas el tiempo lo menos posible. Para que lo logres te recomiendo:

- Elegir un vuelo nocturno: en el vuelo nocturno los pasajeros suelen estar más tranquilos porque muchos lo toman para descansar y hacen menos movimientos; el hecho de que haya menos luz es un factor determinante para hacer de la noche un momento más pasible para conciliar el sueño (para todos los que están abordo). 

- Llegar cansada al vuelo: por más que el día anterior hayas dejado todo listo, ocupate de cansarte mucho el día del vuelo. Cuanto menos energía te quede cuando subas al avión, mejor.

- Llevar elementos para hacerte el sueño más fácil: ropa cómoda (estás de viaje, no es un desfile de modas), almohada de viaje (para sostener el cuello), antifaz (para evitar que llamen tu atención las luces del avión), tapones para los oídos (así escuchás lo menos posible a los otros pasajeros), y abrigo (suele hacer frío por el aire acondicionado y eso evita que te relajes). 

- Elegir la ventanilla (salvo que te de agobio ver que estás volando): si el objetivo es dormir, te conviene elegir la ventanilla porque tenés una pared donde apoyarte y porque nadie te va a pedir que te levantes para pasar al baño. 

- Elegir los primeros asientos: en las filas de adelante es donde menos se sienten las turbulencias y los movimientos del avión.


2. ENTRETENERSE
En caso de que no logres conciliar el sueño, lo ideal sería que uses el tiempo de vuelo entreteniendo tu mente para que no cree falsos escenarios. Algunas cosas que yo hago para entretenerme (olvidarme de que estoy en un avión), y que te recomiendo, son:

- Leer un libro que te genere curiosidad (en tu formato favorito): no elijas un libro al azar, buscá ése título que tanto postergaste, o ese que no para de sonar en tu cabeza por alguna razón. Compralo con anticipación y guardate las ganas para leerlo en el vuelo.

- Mirar una peli descargada en el celular/tablet/pc: llevate descargadas algunas películas o series que sepas que puede entretenerte varias horas.

- Escuchar con atención una playlist especial o un cd nuevo: descargá el disco nuevo de un artista que te guste, o el disco de una banda que sabés que es buena pero nunca te diste tiempo para prestarle atención, o armá una playlist larga con canciones nuevas de géneros que te guste escuchar. Lo importante es que elijas música que pueda sacarte del entorno.

- Llevar un juego que te compenetre: da igual si tu parte lúdica se despierta con el cubo mágico, haciendo crucigramas, calculando distancias en el tetris, pensando con el sudoku, armando sopa de letras, o construyendo ciudades virtuales. Tené a mano algún juego que te entretenga en caso de no estar preparada para absorber información de libros, películas o música. 

- Probar con hilos y hacer manualidades: descargar la tensión en las manos y poner la atención en algo fino como un hilo encerado es un buen plan para mantenerte concentrada un buen rato. Si sabés hacer artesanías en macramé, entendés de lo que hablo. Sino, puede ser un excelente momento para empezar a practicar (aunque sea sólo para pasar el momento del avión). Podés buscar en google "cómo hacer artesanías en macramé" y te van a aparecer cientos de artículos.

- Hacer registros en un cuaderno: si sos de las que se expresa con dibujos o escribiendo, podés descargar en tu cuaderno cómo va a ser el itinerario de tu viaje, dibujar a las personas que ves en el avión y describirlas imaginando sus historias de vida, hacerle un poema a las nubes, o trazar lo que te nazca. Los ejemplos son para exagerar la libertad que tenés frente a una hoja en blanco, libertad que puede ser útil en una situación de encierro.

- Ordenar las fotos del celular: estoy segura de que tenés fotos para ordenar, fotos para borrar que no salieron bien, imágenes que ya no te sirven, y videos que ocupan espacio innecesariamente. Bueno, es un buen momento para, teniendo el celular en modo avión, te dediques a limpiar tu teléfono. También es buen momento para que edites tus fotos y videos con aplicaciones sin conexión.


3. PEDIR AYUDA
En el caso de que no logres dormir después de varios intentos, ni distraer tu atención, ni controlar las reacciones que te genera el miedo: respirá profundo y buscá ayuda en la tripulación del avión, o en el primer pasajero que tengas cerca si no podés encargarte de llamar vos a un tripulante.

Las azafatas y los tripulantes están acostumbrados a las situaciones de crisis de pasajeros en vuelo (además de preparados para abordar la contingencia), y van a hacer todo lo posible para que te sientas mejor.

En ningún momento creas que pedir ayuda es motivo de vergüenza o señal de debilidad (porque es justamente lo contrario), exteriorizar tu inseguridad también es parte de reconocer que la mujer que decidió dejar sus miedo puede necesitar ayuda para dar algunos pasos.

La exposición es el ingrediente activo para superar una fobia. Cada vuelo te brinda la oportunidad de hacer que el siguiente sea más fácil. El objetivo es volver a entrenar a tu cerebro para que se vuelva menos sensible a los factores desencadenantes que crean el miedo; por eso no te preocupes por pedir ayuda, cada vez estás más cerca de que se transforme en una anécdota.


Espero haber aportado un grano de arena a que superes la incomodidad en el vuelo (yo sigo trabajando en eso). 

Si en este viaje tenés pensando - además de volar - manejar un auto alquilado, te recomiendo que leas la nota MANEJAR SOLA POR EL MUNDO donde cuento mis experiencias y recomendaciones al volante, y si aún no reservaste el vehículo te aconsejo leer la nota ALQUILAR UN AUTO FUERA DE TU PAÍS: REQUISITOS Y CONSEJOS.

Si todavía no compraste el pasaje, tenés que leer la nota SKYSCANNER: UNA GUÍA PARA ENCONTRAR EL VUELO MÁS BARATO. Y si vas a hacer todo el viaje sola, te recomiendo leer la nota APP PARA FACILITAR LOS VIAJES.

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