Road trip por la Puna Jujeña (parte 2) | El Valle de la Luna en Jujuy, Cusi Cusi

El Valle de la Luna ​en Cusi Cusi, al noroeste de Jujuy, es un valle de variados tonos de colores que parece salido de la imaginación de un productor de Hollywood. Sus ocres rojizos, grises, blancos, ​y morados tallados por la erosión en las rocas volcánicas de la puna son un espectáculo que no estaba dispuesta a perderme desde que me enteré de su existencia en un grupo de viajes.

​Así, junto a mis perros -Andina y Schopenhauer- y dos amigos - Javi y Pablo- salimos desde Hostal Jujuy en la zona de yungas, pasamos por la Quebrada de Humahuaca, y nos dirigimos a​l altiplano para llegar a Cusi Cusi. El viaje empezó por la mañana y el primer destino fue la Laguna de los Pozuelos (podés leer la primer parte del viaje en: Road trip por la Puna Jujeña (parte 1) | Laguna de los Pozuelos). 

El recorrido que hicimos es el que está en este mapa:

​Para cuando nos fuimos de la Laguna de los Pozuelos el sol se estaba yendo también, y con él el calor que nos había acompañado desde la cuesta de Barcena. Todos nos abrigamos y empezamos a alucinar con los colores que el cielo nos regalaba al atardecer. Pero tras las dos primeras horas, surgió la necesidad de conseguir agua caliente para el mate. Así fue como conocimos una llama que nos toreó cual cachorro guardián, antes de que llegásemos al patio interno que nos recibía en una casa perdida en la puna.

​Pablo aplaudió fuerte con las manos.
- Disculpe... ¡Hola ​señora, buenas tardes! ¿Cómo está? Disculpe que la molest​e, es que veníamos andando con el auto hace rato, y no cruzamos nada, y queríamos saber si ¿Le podemos pedir un poco de agua caliente? Es para llenar un poco el termo.
​- Si
- Gracias, le agradezco mucho.
​La señora fue a buscar la pava que tenía sobre el fuego, sobre un fuego a leña que ardía en el interior de una ​habitación de adobe ​igual a las contiguas.
​- ​¡Hola! ¿Y vos cómo te llamás?
​- Lucía
- ¡Que lindo nombre! ¿Vivís acá?
- Si, allá -señaló a la habitación de atrás
- Mi nombre es Pablo, él es Javier y ella es Agostina

​Sonreimos los cuatro, nos saludamos, y hablamos sobre la llama que nos dio la no bienvenida, era de ella, y ella la cuidaba. Su voz era de lo más dulce que escuché. Llegó su abuela con la pava caliente, llenamos el termo y ​más sonrisas, sacamos la foto ​que compartí acá abajo, y seguimos viaje. A la noche no le faltaba mucho tiempo por llegar; y a nosotros sí.

​Menos de media hora después de despedir a Lucía, el cielo se dejaba ver lleno de estrellas. La noche estaba muy fresca, pero increíblemente hermosa. La Ruta que nos llevaba desde la Laguna de Pozuelos hasta la Ruta Nacional 40 se nos hizo larga pero no aburrida, el ripio no dejaba acelerar, y el contorno de las rocas a nuestro alrrededor nos hizo frenar a contemplar el paisajes ​con luz de luna muchas veces. Eran todos esenarios de película (y algunos también de películas de terror).

Llegamos a la Ruta 40, viramos a la derecha, seguimos unos kilómetros, y para las 12 de la noche (13 horas después de haber iniciado el viaje) llegamos al punto panorámico del Valle de la Luna; sí, en una súper noche con luna (un día después de la luna llena de marzo). La panorámica no se podía creer, y nuestro hambre tampoco, asique seguimos ​5 kilómetros ​más hasta el pueblo de Cusi Cusi - ubicado sobre ​el margen sur del río de la Quebrada de Cusi Cusi- con la ilusión de encontrar algo abierto para alimentarnos.
Para nuestra no sorpresa, el pueblo estaba dormido, no se veía gente ni luces en la arteria principal. Dimos una vuelta y encontramos a tres personas hablando, apoyados ​sobre un auto. Frenamos para preguntarles si, por alguna de esas casualidades de la vida, sabían de algún lugar donde comer o comprar algo hecho para ​cenar. Se miraron, uno de ellos era el dueño del único comedor del pueblo, nos dijeron que sí.
Siempre así de mágico Jujuy. La comida estaba riquísima, y tenían incluso un menú vegetariano para mi. Nos atendieron ​de lujo y nos ofrecieron pasar la noche ahí con colchones. Lo pesamos, pero nos fuimos con el corazón lleno y tres latitas de cervezas.

Volvimos al punto panorámico, prendimos fuego en un lugar seguro con leña que habíamos levantado en la ruta, y nos sentamos a contemplar la mágica situación de estar ahí, en esa inmensidad... El viento cesó, y las nubes que antes hacían a las tomas de terror ahora también habían quedado atrás. La situación era inmejorable, pensé, hasta que abrí los ojos a la mañana siguiente:

Ver los colores de la montaña pintándose al amanecer era un espectáculo que superaba todas mis expectativas. Este valle es una locura de hermoso.

​Tuvimos que desandar parte de la ruta que habíamos hecho la noche anterior, y el paisaje con luz de sol era aún más espectacular que con luz de luna. No puedo describirte la magnificencia de la puna, pero quiero hacer hincapié en que deberías darte el lujo de conocerla.

Frenamos a almorzar en Mina Pirquitas, un pueblo donde viven las familias de los mineros que trabajan en la mina que le da nombre al pueblo. La señora que nos vendió el menú del almuerzo nos contó de las mentiras que sufrieron cuando abrió la mina, de cómo los echaron de sus casas, y de lo frío que se pone en invierno. No parecía un lugar donde nadie quiera quedarse a vivir, salvo ella, y los que estaban, que amaban su tierra, sus colores y sus formas.

​Si querés saber cómo ​empezó nuestro viaje por la Puna entrá en ROAD TRIP POR LA PUNA JUJEÑA (PARTE 1) | ​​​LAGUNA DE LOS POZUELOS

>> Para ver todos los posteos de ​JUJUY hacé clic en el botón de abajo, si querés ver el mapa con todos los puntos turísticos de la provincia hacé clic acá​, y no te olvides de visitar los 10 IMPERDIBLES DE ​JUJUY para no perderte nada en tu próxima visita.

Y si vos también sos ​fan de la provincia más al norte de Argentina, unite al GRUPO DE VIAJES Y TURISMO EN JUJUY

​

Seguí todos mis viajes por Facebook y mirá las fotos en Instagram. Te leo en los comentarios y desde leerdelviaje@gmail.com

¡BUENAS RUTAS!